Testimonios

Me parece un trabajo excepcional. Porque hay muchas traducciones de las Sagradas Escrituras, y si bien la traducción es importante, mil veces más importante es hacer la Biblia accesible a la juventud a través de comentarios actualizados y al nivel del joven. 

La Biblia Católica para Jóvenes, llega al joven de una forma excepcional. Los comentarios son actuales, tocan la vida real del joven actual, son cortos, no son demasiado científicos (aunque tiene apéndices científicos de primer nivel), sino vitales; no resuelven todos los temas, sino que dejan abiertas preguntas para la reflexión. Si la traducción de una Biblia puede variar 10 puntos (mala: cero, excelente: diez), los comentarios que le han agregado valen 100 puntos. Miles de jóvenes alejados de la palabra de Dios encontrarán en esta Biblia la cercanía con el Dios de la vida que necesitan. Es más, no dudo que es un excelente material para adultos también. Por esta razón estamos comprando una importante cantidad de estas Biblias para toda la pastoral parroquial hispana, y la recomendaremos, sin duda, a la Pastoral Juvenil Arquidiocesana, y a la Pastoral para Adultos.

Que esté recomendada por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, Arzobispo de Santiago de Chile y Presidente del CELAM, a través de una carta publicada en la misma Biblia, respalda institucionalmente este trabajo de una impresionante envergadura. La excelencia de los comentarios llega a lo más sutil: incluye el conocimiento profundo de los desarrollos literarios, históricos y teológicos; explica lo necesario y en forma simple y agradable, y plantea al lector un desafío constante de llevar a la práctica, a la vida, la Palabra de Dios. Tiene también en cuenta la realidad social del joven. No me parece en absoluto de poca importancia el bajar ciertos temas bien a la realidad, como ser “Dios no creó al mundo en siete días”, en Génesis. Los hermanos evangélicos insisten en enfrentar el creacionismo con la evolución, y motivan un profundo rechazo por parte de gente pensante, que prefiere ser atea, antes que no creer en los descubrimientos de Darwin. Pero en esta Biblia se integra la teología con las otras ciencias, en lugar de confrontarlas. O sea, se puede creer en las ciencias positivas y en Dios, en la Biblia… Sólo hay que saber interpretar a ambas para integrarlas.

Es llamativo el trabajo en conjunto desarrollado por los autores de los comentarios, por la unidad de estilo y por mostrar una capacidad maravillosa de llegar al alma del joven. Si hay hoy 40.000 ejemplares impresos, hago votos (y publicidad) para que pronto lleguen a un millón. Esta Biblia tiene que estar al alcance de “todo el mundo”. ¡Felicitaciones y adelante!

— Enrique Soros, Coordinador de Pastoral Hispana, Parroquia Ourl Lady of Lourdes

Conocí a Jesús hace unos 15 años en un retiro y la vida me cambió para siempre. Cuando me eligió para seguirlo estaba sediento de él, pues había vivido una infancia en la que gritos, golpes e insultos eran el común de todos los días. Siendo niño pensé en más de una ocasión de huir de mi casa, pues creía que las constantes discusiones, la falta de dinero, el alcoholismo de mi padre y los maltratos de mi madre se debían a que yo había nacido, pues con las palabras o con su actitud me hacían saber constantemente que yo era el origen de sus problemas. Crecí en un ambiente de constante incertidumbre, siempre a la espera de nuevos brotes de violencia durante los cuales terminaban interviniendo las respectivas familias de mis padres o nuestros vecinos… No había Dios para nosotros, nada bueno se podía esperar de la vida. Inexplicablemente siempre sentí un gran amor por los libros, nadie en mi familia cercana es aficionado a la lectura, pero todavía recuerdo cuando un día entré a la casa de mi vecina y allí había una enciclopedia… Me enamoré de las letras, de las ilustraciones y se despertó la pasión por el conocimiento; años más tarde el Señor se valdría de esto para guiarme a su presencia. No sé cómo explicarlo, de verdad que no, pero después de catorce años de lo mismo sentí una necesidad muy fuerte por leer la Biblia, nadie me sugirió que allí podía encontrar respuestas a tantas de mis preguntas, pero recorrí sus páginas encontrando consuelo bajo la protección, el amor y el poder de Jesucristo. Naturalmente quería saber más y más, mi madre me acompañó con un sacerdote y allí inició la transformación de nuestras vidas. Bajo la guía del párroco me hice acólito, ¡el Señor me había llamado a servirle directamente hasta su altar!, fui muy feliz, más sediento de dios aún no me era suficiente, quería conocer mejor la palabra del Señor. Busqué en distintas comunidades católicas talleres de estudio bíblico pero no me llenaban los pocos que encontré en aquella época (afortunadamente eso ha cambiado). Tuve un segundo encuentro con Jesús en la preparatoria, por medio de una amiga mía, cristiana evangélica, que me invitó a su comunidad. Por aquellos días su iglesia organizó un ciclo de conferencias a la que asistieron invitados especiales para dar pláticas informativas y así captar nuevos miembros para su comunidad. Mis padres y yo, buscando más respuestas, creímos haber encontrado entre ellos el conocimiento de dios que estábamos buscando, así que nos alejamos de la iglesia católica y nos acercamos a la comunidad evangélica. Nos comprometimos de inmediato con esa iglesia, asistíamos a la escuela bíblica, compartíamos reuniones y experiencias, pero pronto notamos que el Dios amoroso que conocimos en la fe católica se había esfumado, dando paso a un Dios violento, justiciero, de guerras y amenazas, un dios asfixiante que vigila en todo momento esperando la ocasión de que caigas en pecado para hacértelo saber hasta el cansancio… Lo que habíamos ganado en el seno de nuestra madre católica lo estábamos perdiendo con nuestros hermanos reformados. Poco a poco empecé a enfermar, ya no sentía la presencia de Jesús como mi amigo, sino como el juez que no tolera falla alguna; no podía escapar de allí pues el adoctrinamiento evangélico fue tan aplastante que con “fundamento bíblico” demostraban que quien escapaba de esa “fe, única y verdadera” era condenado por Dios al fuego eterno, lugar que me describieron con lujo de detalle… Tanto era el miedo a desagradar a esa imagen de Dios que dejé de tener amigos no evangélicos, ya no escuchaba la radio, ni veía televisión, ni asistía al cine porque, desde su punto de vista, todo contenía pecado y era motivo de condenación eterna. Renuncié a todo, incluso a mi vocación de psicólogo, porque según ellos, los psicólogos no ayudan, sólo Dios (y por esas ironías de la vida, mi amiga evangélica, la que me invitó a esta comunidad, estudió la carrera de psicología… Yo soy arquitecto). En su afán de ayudarme a seguir a Cristo destrozaron, sin saberlo, sin quererlo, los cimientos no sólo de mis fundamentos católicos, sino de mi identidad… Ya no pertenecía a la iglesia católica, ni tampoco quería ser miembro de la evangélica pero tenía miedo de irme de allí; pasaba horas enteras tratando de encontrar algún recurso bíblico que me liberara de esa comunidad y al no encontrarlo (producto de una mala interpretación de la palabra de Dios) caí en una profunda desesperación y no dejaba de imaginar cómo sería mi vida eterna en el infierno… Ya sin dios traté de aferrarme al amor de alguien a quien desde antes de este pandemónium quise mucho, ella también es católica, se que el Señor la envió para demostrarme con hechos, no con “textos”, que en la fe católica también hay personas comprometidas con Cristo, que aman, que hacen y no sólo hablan, que ponen el ejemplo y dejan huella indeleble a su paso… Confieso que fui una carga muy pesada para ella y su familia, más cuando no pude ya con la depresión severa que me agobiaba e intenté suicidarme… De las consecuencias que le ocasioné a quien en ese entonces intentó ayudarme me arrepiento en primer grado… Desperté en la cama de un hospital, aletargado sin poder sostener en alto la cabeza, como anestesiado, con cánulas en mi cuerpo; uno de los residentes se dio cuenta de que había despertado y llamo a dos o tres de sus colegas para indagar los motivos de los sucedido, no lograba más que articular monosílabos…”no”…”si”… Y cuando finalmente dejaron satisfecha su curiosidad morbosa al enterarse del motivo de mi intento suicida, se burlaron de mi y entre risas se alejaron pronto del lugar. Ese día le dije a Dios que no quería saber nunca nada más de él. Pasaron cerca de diez largos años en los que poco hice por comprender lo sucedido, me dediqué al mundo y sus “placeres”, me metí en algunos problemas, no graves porque Jesús nunca se fue de mi lado aunque yo no lo sabía… Y así como un día, hace ya quince años el Señor me llamó ante él sin que yo lo esperara, me lo encontré de nuevo en internet, un glorioso día de verano de 2006, mediante un sitio con dirección ww.bibliaparajovenes.org. No recuerdo que estaba buscando ni como llegue a esa página, pero es evidente que no buscaba a Dios; sin embargo me encontré allí de nuevo con mi hermano en la fe Martín Valverde, compositor del tema de la Biblia Católica para Jóvenes (BCJ), y vinieron a mi recuerdos muy gratos de todo lo vivido con mis hermanos católicos, las alegrías y las penas compartidas en nombre y compañía de Jesús, el Señor. Fue abrumador pero muy bello, me di cuenta del hueco que tenía en mi espíritu sin Dios y de la falta que le hacía también yo a él para completar su obra. Lloré mucho, dejé de reprimir la tristeza que me había quedado como producto de alejarme del Señor… Tomé el teléfono en ese mismo instante y llamé a la librería para saber si tenían la BCJ en existencia, en cuanto escuché que si, fui ese mismo día a hacerme de un ejemplar. Crucé las puertas de la enorme librería… Quedé maravillado al ver tantos y tantos libros, no sabía que la iglesia católica tuviera tanto que ofrecer. Recorrí algunos títulos y allí encontraba los volúmenes que trataban de los temas de los cuales siempre tuve dudas, motivo por el que originalmente me ausenté de mi fe original… En un sitio especial del enorme local encontré la BCJ y me gustó tanto que la compré sin pensarlo dos veces. Cuando la analicé con mayor detenimiento en mi casa me llené de inmensa alegría, pues al fin había encontrado una Biblia que me presentaba al Señor resolviendo mis dudas, haciendo un llamado a la comprensión, a la reflexión, al entendimiento, a la oración, al conocimiento de nuestra fe católica, a la unidad en la diversidad, al respeto a otras culturas. Me enteré, por vez primera en más de diez años, de la organización de las lecturas bíblicas de la iglesia católica en un leccionario compuesto por tres ciclos, gocé de los planes temáticos para leer la Palabra de Dios, me conmoví con el cuadro cronológico de la Historia de la Salvación, disfruté de las introducciones al Antiguo y Nuevo Testamentos desde una perspectiva histórica y un lenguaje sencillo, me agradó mucho la introducción a cada uno de los libros que la componen. Todos los recuadros que apoyan la adquisición de los conceptos bíblicos me parecen acertados, sin mentir todos los segmentos de comentarios bíblicos son mis favoritos, pero si he de mencionar sólo algunos destaco los de perspectiva católica, comprende los símbolos y unidad en la diversidad. De verdad, no hay nada que no me guste de esta edición, no encuentro palabras para describir cuantas y que tan grandes han sido las bendiciones que he recibido desde que la bcj llegó a mi vida; considero que las más relevantes son el haber regresado a mi fe católica después de un penoso peregrinar; el darme cuenta de que fui a otras iglesias a buscar lo que desde siempre he tenido en la mía (en la BCJ encuentro una importante fuente de razones para ser católico) y el ser un instrumento más comprometido con el Señor que antes… A mi novia le dio mucha curiosidad que estuviera tan metido en la lectura de la BCJ, a pesar de los momentos difíciles, y debido a eso ya respondió al llamado del Jesús, ahora vamos a misa, junto con sus padres, cada domingo después de que no acostumbraban a hacerlo, ella ya está dando sus primeros pasos siguiendo a Cristo. Me he enamorado una vez más de mi religión gracias al llamado de Jesús y a la BCJ, no sólo por lo que respecta a la edición impresa, sino por todos los recursos que hay en internet relacionados con esta biblia, como la excelente presentación con animaciones que invita a conocerla. Su complemento, el libro “Diálogos Semanales con Jesús”. Me ha permitido preparar más plenamente el encuentro con el Señor y mi comunidad al celebrar la misa dominical. El señor Jesús, por medio de la BCJ me ha enseñado a perdonar y por ello a ninguno de quienes he citado anteriormente los culpo de nada. Todos actuaron como mejor pudieron, según las circunstancias y el conocimiento de que disponían, algunos de ellos ya han encontrado el camino hacia Jesús y otros siguen en ese proceso. Todo, absolutamente todo, tuvo una razón de ser y hasta ahora lo comprendo. Dios, en su infinita sabiduría, ha tomado cuanta adversidad he vivido para transformarla en riquezas espirituales que hoy pongo a disposición de quienes me rodean. ¡Bendito sea el Señor por siempre, Aleluya!

Gracias ustedes, hermanos. Me pareció muy interesante la Biblia Católica para Jóvenes y pienso adquirirla aunque ya no soy tan joven (tengo 51). Dios y la Santísima Virgen les guíen en este trabajo tan necesario para los católicos. Saludos.

Es un gusto para mí ver publicado ya en red el trabajo que muchos hicimos. Y digo hicimos porque fui una de los laicos que tuvieron el gusto y el orgullo de ser parte del equipo de la edición de la BCJ, gracias a la invitación de Pila Cervantes. Yo tuve a cargo la traducción de los comentarios de los libros sapienciales, históricos y no recuerdo cuáles más. Fue un hermoso trabajo del cual me siento parte. Así, al ver anunciada la página de la Biblia, no dudé ni por un segundo en suscribirme.

Gracias por esta hermosa labor de catequesis extendida a todo el mundo. Que el Señor les siga bendiciendo. Con cariño.

Hola a todos! realmente les cuento de quien soy, pues soy sorda y practico a ser catequista, ademas en mi pais es un pequeño tamaño con pocas personas, entonces soy intructora de lenguaje de señas en una escuela de sordos y trabajo con sordos en una iglesia, que estoy ayudando a los sordos que estan interesados de aprender la palabra de Dios, tambien alguien que esta cambiando por su vida por la gloria de Dios. Bien, como aprendi la palabra de Dios, mi pareja es sordo tambien, el que me enseño a amar a Dios y Nuestro Hermano Jesús, hace cuatro años que estoy con el, seguí el camino de Jesús hasta siendo soy seguidora del camino de Nuestro Hermano Jesús. Ademas mi familia cree a Dios pero realmente que no conoce profundo de nuestro Padre y Nuestro Hermano Jesús, solamente mi pareja me ayudo tanto como me enseño, le doy mil gracias a Dios! asi que debo a ayudar a los sordos que deberian a conocer la palabra de Dios!!! que GLORIA A DIOS!!! en mi iglesia catolica hay un parroco que nos estan ayudando mucho con una catequista que estoy con ellos, en cada vez aumentando los sordos, pero le cuestan dificiles para participar, hay que orar por ellos. Dios sabe que vamos a hacer. Bueno, espero que nos comunicaremos en cada uno! Saludos, PAZ Y BIEN.

Gracias a ustedes por tan maravilloso trabajo. En casa tenemos dos de estas Biblias, la de mi hija que es la conmemorativa de 15 años y la que yo uso. Realmente me encanta porque me considero Joven en la Fe y en la Vida que estoy descubriendo desde que me abrí a Cristo Jesús. Catequizo en primera comunión pero este año tendré a niños de 11 años entrando a los 12 por lo que siento que sus aportes serán muy positivos para la responsabilidad que tengo con ellos.

Encontré su página en FB a través de la publicidad en la parte derecha de la página, no sabía de la existencia de esta hermosa Biblia enfocada a los jóvenes y hace varios años que queria que existiese una asi y la habia buscado bastante. Ahora la acabo de comprar via internet, a ver que tal cuando me llegue 😉

Biblia católica para jóvenes es una edición super buena y no sólo para jóvenes, ese es el ganchito!!, nos sirve a todos. Con diversas secciones es muy rica en contenidos y profunda en sus reflexiones para comprender la Palabra de Dios, pero ciertamente no nos ahorra el camino para leerla, meditarla, orarla y ponerla en práctica, y cómo nos motiva a todo ello. FELICIDADES!!

Ya compré mi Biblia Católica para Jóvenes, es muy bonita, la letra es grande, además nos ofrece reflexiones. No es precisamente para mí sino para mi hijito de 5 años, la compre desde ya, para que él vaya familiarizándose con ella, y la sienta desde ya, como el mejor de los regalos que le he podido entregar.

Muchas gracias, les comento que fueron sus informes sobre el contenido de la Biblia de Jovenes, lo cual le invitó a adquirirla, yo tengo la Biblia Latinoamericana, pero es más para adultos, sería muy lindo que ustedes crearan una edición para niños, que tuviese en sus páginas ilustraciones con dibujitos, que ayudaran a que los niños a comprender la Palabra de Dios, con mayor facilidad, yo estoy segura que hay hermanitos muy creativos y bien podrían crear una edición exclusiva para los más pequeñitos de la casa. Les aseguro que muchos la compraríamos (Aunque ya tengamos la de jóvenes, jíjíjí) Bendiciones y adelante, se les quiere desde la República de El Salvador.

Me encanta está página….!!! Tengo 48 años………..y me siento a un joven………digo teniendo la Biblia que más puedo pedir……!!!! Saludos

Muchas gracias por la atención me da gusto que tengan la página en Facebook es una manera fácil y rápida de contactarlos, que Dios lo bendiga siempre Gracias por todo!

Hola Hermanos <3 Les saludo con gran gusto en nombre de Cristo Jesus. Quiero compartir con ustedes la gran alegría que siento por ser Joven y ser Católica o/ Hace un tiempo que tengo mi BCJ Mi novio me la regalo y admito que ha sido mi mejor regalo :$ Conjuntamente con mis amigos hemos estado considerando reunirnos y leer la Palabra, estamos muy ansiosos por empezar y hacer uso de este gran recurso. Dios les bendiga, desde Venezuela un abrazo fuerte acompañado de oraciones.

Que alegría, la de mi corazón por recibir su respuesta, me pasa que no puedo dejar de leer la BCJ, la descubrí en momentos de gran tristeza para mi, y me pasó algo que no me habia pasado con otra biblia, cada vez que leía no podia dejarla, me capturo de tal manera que poco a poco me ayudó a sanar mis heridas del alma. Formo parte de un grupo católico de la Parroquia San Francisco de Borja, llamado Emaus, lo integramos personas de 17 años en adelante, en su mayoria jóvenes, y es un tesoro maravilloso la BCJ, mi deseo es que los jovenes descubran esta biblia, yo la tengo y es la BCJ viajera, porque es la única manera que tengo de que la conozcan, y les confieso que la extraño, pero la palabra tiene que llegar, y de esta manera llega a los jovenes, felicitarlos por la labor que hacen, agradecerles la respuesta, porque no podía creer no poder encontrarla, los sigo en todo, iluminados por el Espiritu Santo desarrollan su labor magnificamente, instrumentos del Señor en la conquista y salvación da corazones, que siga ardiendo el fuego del amor de Dios en nosotros y asi unidos a lo lejos pero en comun unión y oración podamos luchar y acompañar a cada joven, y ser humano que Dios ponga en nuestro camino, un fuerte abrazo.

Es una biblia muy bonita, agradable de leer y que ayuda mucho a los jóvenes a conocer más de Jesús, bendiciones